Las Salazar continúan inmersas en todo lo que tiene que ver con el embarazo de Noemí y Antón por fin recibe la gran noticia. En Plasencia, los Jiménez pasan un amargo trance despidiendo a Rebeca, que se marcha en busca de una oportunidad laboral que la haga sentirse realizada. La llegada a Madrid se convierte en un caos.